La peste negra I - Teodosia

Murallas de Teodosia. Origen: Wikimedia Commons

Éstas son las murallas de la fortaleza genovesa de Teodosia. Teodosia se encuentra en un lugar privilegiado de la península de Crimea, al norte del Mar Negro. Esta ciudad fue la colonia más alejada de entre todas las que componían los vastos dominios comerciales genoveses en el siglo XIV. Aquí tuvo lugar el prólogo de una tragedia que cambiaría para siempre la historia de Europa.

A mediados del siglo XIV Europa no atravesaba precisamente por su mejor momento. Tras varios siglos de prosperidad y crecimiento, la economía se había estancado y empezaba a dar muestras de retroceso. Años de un clima desfavorable –que algunos autores achacan a una miniglaciación— habían provocado grandes hambrunas y mortandades, el abandono de muchas tierras de labor y graves conflictos tanto en el campo como en las ciudades.

El Imperio Bizantino tras la Cuarta Cruzada. Origen: Wikimedia Commons

Después de la Cuarta Cruzada de 1204, el poder bizantino se había hecho mil pedazos, y el dividido imperio había caído en manos de los nuevos poderes económicos de Occidente: Venecia y Génova. Entre ambas se hicieron con el control de las más importantes plazas del Egeo, y dominaron las rutas comerciales de Oriente. Frente al desaparecido poder de Constantinopla, en la árida meseta de Anatolia, un nuevo poder arraigaba: el reino de los turcos otomanos.

Sin embargo, los turcos tenían también sus propios problemas en aquella época. Situados entre las potencias de Europa y los sultanes de Oriente Próximo, los otomanos mantenían una delicada equidistancia, proporcionando mercenarios a uno u otro reino según su conveniencia. En la primera mitad del siglo XIV, tras conquistar las ciudades de Nicea y Bursa, cambiaron sus costumbres nómadas y empezaron a organizarse como un reino. Pronto se atreverían a cruzar el estrecho de los Dardanelos e invadir Europa, pero por el momento se conformaban con medrar, asegurando el control de Asia Menor. Aunque el Imperio Bizantino fue reunificado bajo el gobierno de Miguel VIII Paleólogo, el equilibrio de poder se había roto en aquel estratégico lugar del mundo.

El imperio comercial genovés en el siglo XIV. Origen: Wikimedia Commons

En Crimea, por su parte, el peligro eran las tribus tártaras de la Horda de Oro, descendientes del poderío mongol que durante la mayor parte del siglo XIII había amenazado la seguridad de Europa, incursionando desde las estepas rusas y ucranianas en Polonia y Hungría. Las incursiones tártaras en Crimea ponían en peligro los intereses genoveses en el Mar Negro, y en 1347 el kan tártaro Jani Beg puso sitio a la ciudad de Caffa, la actual Teodosia. Mientras el ejército mongol cercaba la ciudad genovesa, la peste se adueñó de sus tropas, matando a un buen número de soldados. En uno de los primeros ejemplos documentados de guerra biológica, los tártaros lanzaron a sus propios soldados muertos sobre las murallas de la ciudad, infectando de ese modo a los defensores genoveses.

Y aunque Génova no perdió la ciudad, al menos de momento, los tártaros tuvieron éxito en su estrategia: la peste se extendió por la ciudad. Luego, los mismos barcos que abastecían a Caffa se encargaron de llevar la enfermedad hasta Europa. La peste era una vieja conocida de la humanidad, y se había manifestado a lo largo de la historia en numerosas ocasiones. En el año 541, cuando Justiniano gobernaba el Imperio Romano de Oriente, la epidemia de peste provocó la desolación en la Península Balcánica, contribuyendo a la llegada a aquellas tierras de numerosos pueblos eslavos que conforman la población actual de esa región.

Normalmente, la peste originaba una mortandad tan extrema y rápida que acababa con la vida de los afectados antes de poder extenderse demasiado, pero en 1348, con una Europa mucho más poblada y mejor comunicada, con un comercio incipiente y activo y con una ajetreada vida urbana, la peste iba a provocar una verdadera debacle humana que cambiaría para siempre nuestra historia.

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